El primer testimonio histórico de Casa Benigalip tiene sus orígenes en el Alto Imperio (siglo III d.C.), donde una villa romana ocupaba el espacio actual. Se han encontrado restos de materiales cerámicos que así lo demuestran.
Esta villa, junto con otras cercanas formaban parte de una nueva forma de explotación agrícola, un sistema de trabajo novedoso en la época, donde se aplicaban los avances tecnológicos disponibles, con una ubicación de los espacios mucho más eficiente y la concentración de sus gentes. Toda la vida de la época giraba en torno a Casa Benigalip, donde el cultivo de la oliva, era el motor de la economía en este lado del Imperio Romano.
Posteriormente la alquería se abandonó a finales del siglo III d.C. para volver a aparecer 900 años después en el “Libro de Reparto” donde el Rey Jaume I concede en 1258 la alquería de Abengalip a quince familias de colonos cristianos con sus respectivas tierras para su explotación.
Tras la Reconquista (siglo XIII d.C.) la alquería perdió importancia al entrar a formar parte de término municipal de Pego como partida rural. Durante las primeras décadas del siglo XX la alquería estaba ocupada por 4 familias que se encargaban del cuidado y explotación de las tierras colindantes, tras esta época, la casa cayó en desuso y un gran deterioro se apoderó de todo el entorno.
A principios del año 2005 comenzó la restauración de la casa y del paraje, ampliando su parcela con tierras colindantes para crear un entorno único y exclusivo.